Acoso escolar: bullying, intimidacion, humillacion, maltrato. ¿Qué hacer?
17107
post-template-default,single,single-post,postid-17107,single-format-standard,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,qode-child-theme-ver-1.0.0,qode-theme-ver-13.3,qode-theme-bridge,disabled_footer_bottom,wpb-js-composer js-comp-ver-5.4.5,vc_responsive
acoso escolar

Acoso escolar: intimidación, humillación, maltrato ¿Qué hacer?

Según diversos informes –Save the children, Unicef, Cisneros–, aproximadamente un 10% de niñas y niños en España sufre acoso escolar.

Entendemos por acoso escolar, cualquier forma de maltrato físico, verbal o psicológico que se produce de manera reiterada (más de 3 veces) dentro del ámbito escolar.

¿Qué puedo hacer si tengo constancia de que mi hija o hijo está sufriendo acoso escolar?

 

1. Escucha con atención plena, sin interrumpir y sin juzgar.

Nuestros hijos necesitan saber que les vamos a creer y apoyar incondicionalmente. Que siempre nos van a tener de su lado.
El acoso genera un gran sufrimiento. No obstante, en la mayoría de las ocasiones, nuestros hijos no son capaces de reconocerlo abiertamente. O bien, tardan en hacerlo (la media suele ser 13 meses).

Las razones más corrientes son:

  • Sienten miedo.
  • No quieren hacer sufrir a sus padres.
  • Temen pasar por débiles.

 

2. Actúa con la máxima rapidez.

Es necesario atajar la violencia cuanto antes. Debemos frenar el acoso desde sus primeras manifestaciones ( a partir de la tercera queja). Cuanto más tiempo pase, más difícil será la solución.

El acoso escolar mina poco a poco la resistencia psicológica de las víctimas. Trascurrido un tiempo, puede dar lugar a síntomas depresivos, trastornos de estrés postraumático, miedo a ir al colegio y afectar significativamente su rendimiento académico.

  • Informa por escrito a tutoría. De esta forma quedará constancia de que han tenido conocimiento de los hechos. Es responsabilidad del centro garantizar la seguridad de los menores que se encuentran en el mismo.
  • Solicita reunión con tutoría –y si fuera necesario, también con dirección– para abordar el asunto personalmente.

 

3. Anota, a diario, en un documento cada nueva situación de acoso –por sutil que sea–.

  • Pide a tu hija/o –siempre– que te ayude a redactar lo que ha ocurrido.
  • Informa de todas las nuevas situaciones al centro escolar por lo menos cada quince días –por escrito y presencialmente–.

 

4. Si la situación persiste, solicita –por escrito y personalmente– que se implante un Protocolo de Acoso Escolar.

El centro tiene dos labores fundamentales: proteger a la víctima y sancionar al acosador.

Los protocolos bien implementados tienen muy buenos resultados. Con frecuencia consiguen que quien acosa:

  • No encuentre observadores, lo que dificulta que se consolide como líder.
  • Compruebe que la violencia no es rentable porque es sancionada y despreciada.
  • Sea rechazado por los testigos.

Los padres tienen derecho a que se les informe de cómo va el proceso y contrastarlo con sus hijos.

 

5. Si las medias anteriores no funcionan, denuncia la situación a la Inspección Educativa.

 

6. Si fuera estrictamente necesario, cambia a tu hija/a de centro escolar.

Aunque esto debe hacerse en caso extremo. Antes hay que trabajar la autoestima, la comunicación, la protección.

 

7. Educa a tus hijos para que:

  • No acosen, ni agredan. Anímales a ser pacíficos. Aunque en el momento actual, virtudes como la bondad, la nobleza o la empatía son consideradas como debilidades, es más positivo que las interioricen como fortalezas.
  • Nunca jamás permitan que los acosen, ni agredan.
  • Si son agredidos, siempre se defiendan y protejan.
  • Compartan con sus padres y profesores lo que les ocurre. Sepan que no está solos.
  • Denuncien cada agresión, sin temor a que se les llame chivatos, cobardes o débiles.
Para terminar, ten en cuanta lo siguiente:
  • No niegues el problema, ‘Tienes muy poco aguante’.
  • Nunca pongas en duda su relato, ‘Eres muy quejica’.
  • Evita relativizar sus emociones.No quites importancia a lo que te cuenta. No mires para otro lado. ‘Esto siempre ha ocurrido y no pasa nada’.
  • La responsabilidad de lo que ocurre no es suya, es del acosador y de los mirones, ‘Algo habrás hecho tú también’.
  • Si no desea asistir a actividades extraescolares voluntarias, no lo obligues.
  • Pedirle que se haga amiga/o de sus acosadores para ‘integrarse’ es un error.
  • No le pidas que cambie su forma de ser.
  • No le definas de ‘blando’, ‘tonto’, ‘nenaza’, ‘bobalicona’ (calificativos escuchados por mi a algunas madres o padres).

 

Implícate. No olvides que te necesitan para superar la situación.

No Comments

Post A Comment