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Adolescentes, ¿ermitaños en su dormitorio? Cómo evitar que nuestros hijos se conviertan en ermitaños en su propio dormitorio.
Adolescentes ermitaños en su dormitorio
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Adolescentes, ¿ermitaños en su dormitorio?

Adolescentes, ¿ermitaños en su dormitorio?

Adolescentes, ¿ermitaños en su dormitorio? La sociedad está asombrada con la capacidad de adaptación que están demostrando nuestros adolescentes en la cuarentena. 

Pero, sinceramente, a mí no me ha llamado para nada la atención. Llevo más de 30 años trabajando con adolescentes y con sus padres, y sé cómo suelen responder en momentos difíciles. 

A continuación podéis ver el VIDEO que he grabado y he dejado en mi canal de YouTube, sobre cómo evitar que nuestros hijos se conviertan en ermitaños en su propio dormitorio.

Todos los que habéis ido a un taller o una conferencia mía, sabéis que esta etapa me apasiona. Creo que son los años más bonitos de la educación de nuestros hijos y los que, a la larga, más satisfacciones nos van a dan. 

Pero también es verdad, que hay excepciones. Familias que, durante estos días de confinamiento, viven con especial preocupación ciertas conductas de sus hijos.

En los últimos días, las conductas que más me comentan los padres son las siguientes: 

  • No se quieren levantar por la mañana.
  • No se quieren acostar por la noche. 
  • No asisten a las clases virtuales, porque han estado viendo series hasta las tantas y tienen sueño.
  • Cada día insisten en comer en su dormitorio.
  • Tienen su cuarto como una leonera, ropa tirada, todo desordenado… 
  • O no hay manera de que se pongan a estudiar. 
Adolescentes, ¿ermitaños en su dormitorio?

Cuando llegan a mí estas familias y les hago la historia clínica, lo primero que suelo ver es que los padres se han echado una ‘larga siesta durante la infancia de sus hijos’, percibo que han hablado poco, que ha habido pocas normas o excesiva rigidez, que se han usado muchas tecnologías, etc. 

Lo de la ‘larga siesta’ no son palabras mías, son de Carlos Capdevilla. Un periodista, con monólogos sobre educación magníficos. Os recomiendo uno que se llama ‘educar con humor’, donde dice verdades como puños y no vais a parar de reír durante todo el tiempo. 

Cuando comento esto a los padres, lo primero que suelen preguntar es:

‘Y ahora, ¿podemos hacer algo?’

Pues sí, podemos hacer mucho. 

Además, es un magnífico momento para empezar. 

Todavía queda tiempo de confinamiento y no van a volver a clase hasta septiembre. 

Así que, os propongo que nos pongamos manos a la obra, teniendo claro que, seguramente, no será una tarea fácil y habrá conflictos. 

Adolescentes, ¿ermitaños en su dormitorio?

El desarrollo del cerebro de un adolescente no es lineal. Ya os he explicado en varias ocasiones que va madurando por etapas, de atrás hacia delante. 

Es decir, primero maduran las zonas posteriores, que ejecutan las funciones más básicas, de supervivencia. 

Y las últimas en madurar son las partes anteriores, el lóbulo frontal, ligadas a las funciones cognitivas más complejas como el razonamiento, la toma de decisiones, el respeto de normas y límites, la planificación, la organización, etc. 

Pruebas de imagen han podido demostrar que el cerebro de un adolescente no adquiere su madurez hasta los 25/30 años. 

Lo que quiere decir, que todavía tenemos tiempo de ayudarles a cambiar. 

Adolescentes, ¿ermitaños en su dormitorio?

Si nunca has enseñado a tu hija o hijo: 

  • Que colabore en las tareas domésticas.
  • Que ponga la ropa sucia en el lugar que corresponda y arregle su dormitorio.
  • Que organice sus tareas y se ponga a estudiar a la hora pactada (y no media hora más tarde porque está tumbado en el sofá). 

Si nunca has exigido a tu hija o hijo:

  • Que respete las normas de conexión a las tecnologías.
  • O que vaya a deporte, aunque no tenga gana, porque está lloviendo.

No puedes esperar ahora, con las condiciones tan especiales del confinamiento, que lo haga de forma natural y con absoluta predisposición. Es lógico que se resisten, entre otras cosas porque lo han practicado poco.

En esta cuarentena se han puesto de moda, los retos. Te propongo uno de aquí a septiembre. 

Y digo septiembre, porque los hábitos ligados a las funciones cognitivas complejas, como razonar, tomar decisiones, respetar normas y organizarse, necesitan tiempo de entrenamiento, esfuerzo y perseverancia.

Adolescentes, ¿ermitaños en su dormitorio?

Habla con tu pareja (si la tienes) en primer lugar. Tomad decisiones de qué actividades va a empezar a desarrollar vuestra/o adolescente. Tenéis que estar unidos en esto.

A continuación, negocia día y hora con tus hijos para hablar del nuevo reto que vais a tener de aquí a septiembre. 

En la reunión:

  • Habla de la necesidad del nuevo reto: condiciones, horarios, tareas detalladas, compromisos, etc.  
  • Explica que son mayores y tienen que colaborar en las tres familiares como parte del equipo.
  • Negocia las condiciones (ya las tienes habladas con tu pareja. Estad muy unidos)
  • Llega a los acuerdos que estimes oportunos. 
  • Establece las normas de forma clara.
  • Establece las consecuencias (si no respetaran las normas).
  • Escríbelas, cuanto más detalladas mejor 8con los adolescentes hay que escribirlo todo).
  • Cuélgalas en un sitio visible (la nevera es mi preferido).
Adolescentes, ¿ermitaños en su dormitorio?

No olvides los siguientes asuntos: 

  1. No estamos de vacaciones. Habrá horarios y rutinas. 
  2. Entre semana, habrá más trabajo.
  3. Los fines de semana seremos más flexibles y habrá más tiempo libre.
  4. Si tu adolescente es de los que insisten en comer en su dormitorio, deja claro, por escrito que todas las comidas se harán en la zona común con la televisión apagada. 
  5. Todos los aparatos electrónicos se sacarán por la noche del dormitorio (esto debería ser innegociable). Tienen que dormir, no pueden estar hasta las tantas chateando o viendo series. 
  6. Escribe un horario de lunes a domingo detallando las actividades concretas de: 
  • Orden y limpieza del dormitorio personal.
  • Orden y limpieza de algo común (aunque sea testimonial).
  • Estudio y lectura.
  • Deporte.
  • Aseo personal.
  • Uso de tecnologías.
  • Tiempo libre.
  • Hora de acostarse y levantarse. 

Parece difícil, pero tenemos por delante varios meses para conseguirlo. Os aseguro, que con esfuerzo, perseverancia y paciencia, se consigue. Las familias con las que estoy trabajando lo van consiguiendo.

En general, nuestros niños y adolescentes han asumido su situación de forma ejemplar. Son admirables. Solo necesitan un espejo donde reflejarse y que alguien les ayude a saber cómo es el camino que tienen que recorrer. 

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