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Cero pantallas de cero a seis años

Cero pantallas de cero a seis años

Cero pantallas de cero a seis años. Hace unos días reflexionaba con vosotros sobre el uso que muchas niñas y niños de corta edad hacen de las pantallas. Os transmitía mi inquietud y el de la comunidad científica de las graves consecuencias del consumo de contenidos digitales en la primera infanciaMuchas madres me han escrito con dudas. Voy a intentar resolverlas. 

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¿Qué dice la ciencia?

Algunas asociaciones pediátricas y la OMS desaconsejan el uso de pantallas en menores de 2 años. Numerosas investigaciones, pedagogos, psicólogos, neuropediatras y yo misma, desaconsejamos el uso a menores de 6. 

Los primeros seis años, son los más importantes en la vida de una niña o un niño. Durante esos años, se aprende lo básico para vivir. Se aprende a tocar, oler, sentir, a relacionarse y un largo etcétera. 

Yo sé que es difícil no caer en la tentación de darles pantallas. 

Si has caído, siempre puedes echarte hacia atrás. ¿Recuerdas cuando les quitaste el chupete? Yo no he olvidado las noches que me dieron mis hijos, cuando se lo quité.

La mejor forma de no morir en el intento es:

  • Tenerlo muy claro.
  • Tener mucha fuerza de voluntad (no olvides que somos adultos).
  • Respetar la decisión que tomes y,
  • Pensar en alternativas a las pantallas: audiocuentos, hay a decenas en internet, música, muchos cuentos y jugar con ellos, aunque eso requiere sacrificios. Y por supuesto, jamás poner la TV cuando están despiertos y usar lo estrictamente el móvil delante de ellos. 
Cero pantallas de cero a seis años

Está ampliamente demostrado, que es perjudicial usar los dispositivos en situaciones cotidianas, (mientras comen, les vestimos, esperamos sentados a que nos traigan la comida o en el pediatra). 

El cerebro aprende por asociación. Si cada vez que tienen que esforzarse, les ponemos el iPad, su cerebro hará una asociación muy negativa. ‘Para esforzarme, me tengo que distraer con una pantalla’.  ‘Si no tengo pantalla, me aburro, me entretengo, no me concentro y no me esfuerzo (ni en el cole, ni con el libro, ni con nada)’.

Se ha podido comprobar, que los niños acostumbrados a los estímulos rápidos y acelerados de las pantallas, prefieren estar delante de ellas, que jugar con amigos o hermanos.

¿Por qué? Porque en el cerebro, tenemos una región cerebral que ordena nuestros gustos en función de lo rápido e intenso que es el placer que nos proporciona. Si acostumbramos a nuestros hijos desde pequeños, a estímulos luminosos o estridentes, cuando el profesor esté con una tiza delante de la pizarra, le parecerá aburrido y dejará de atender. Y un libro le dará sueño y le parecerá un plomo. ¿Por qué? Porque como no hay nada llamativo y ruidoso, su cerebro creerá que no es suficientemente importante como para prestarle atención. 

Cada vez que recibimos un like, vemos una foto nueva o ganamos un punto en el videojuego, se produce una descarga de dopamina, lo cual es una forma de recompensa. Sin embargo, esta recompensa dura muy poco y eso hace que tengamos que repetir la conducta una y otra vez.

Cero pantallas de cero a seis años

De ahí, que numerosas investigaciones hayan demostrado que, en la infancia (y en la no infancia), una mayor exposición a las pantallas está asociada a posibles problemas de autocontrol, impaciencia, falta de esfuerzo, déficit de atención, mayores niveles de depresión, insatisfacción, mayor fracaso escolar, etc.

Y también, a posibles trastornos del sueño, aislamiento, dificultades en la memoria a largo plazo, impulsividad, sobrepeso, agresividad, miopía, baja tolerancia a la frustración, retrasos cognitivos, en el desarrollo del lenguaje, en frustración, que inciden negativamente en los rendimientos escolares.

Por tanto, durante la infancia, de 0 a 6 años, un importante sector de investigadores y especialistas de la salud y la educación, entre los que me incluyo yo, no recomendamos el uso de pantallas.

Y mucho menos, para comer, dormir, tranquilizar o no aburrirse.  

Tampoco debemos usarlas nosotros cuando estamos con ellos.

  • Primero, para darles ejemplo.
  • Segundo, porque es necesario que prestemos atención a los hijos.
Cero pantallas de cero a seis años

Piensa una cosa. ¿Dejas beber alcohol o fumar a tus pequeños? ¿Les permites salir solos al parque? ¿Por qué les expones con esa tranquilidad a las pantallas? 

Una madre me pregunta si mis restricciones también son para las videollamadas con personas que viven lejos. Mi respuesta es no. Cuando hablo de restringir pantallas me refiero a estar pasivos delante de móviles, tabletas, ordenadores, videojuegos o la televisión.

Otra pregunta que me hacen es si el uso de pantallas tiene un impacto negativo en el sueño de los menores. Y mi respuesta es sí con mayúsculas. 

Numerosas investigaciones señalan que el sueño desempeña un papel esencial en el desarrollo y la plasticidad del cerebro. Por otro lado, está ampliamente demostrado que una buena calidad y cantidad de sueño está íntimamente relacionado con el rendimiento académico. Aquí.

Se ha podido comprobar que solo la mitad de los menores duermen lo recomendado, debido al uso nocturno de dispositivos. Aquí. Aquí.

Según un estudio del Centro Reina Sofía en España, el 44% de los jóvenes de entre 14 y 24 años pierde horas de sueño por estar en redes. 

Otro impresionante trabajo de investigación llevado a cabo en el Reino Unido mostró que el uso diario de pantallas en preescolares está asociado con la conciliación y la pérdida de tiempo de sueño (unos 26 minutos cada noche, por hora de uso durante el día). 

Cero pantallas de cero a seis años

Las conclusiones de diversos estudios revisados son claras. Dado que la plasticidad neuronal es mayor en la primera infancia, se confirma que el mal uso de las pantallas tiene un impacto negativo en el desarrollo cognitivo de niños y niñas, en la calidad y cantidad de su sueño y su aprendizaje. Estudio. Estudio. Estudio.

Los menores no aprenden mirando las pantallas. Al revés, las niñas y niños sobreestimulados tienen muchas posibilidades de convertirse en adolescentes aburridos que lo han visto todo. Adolescentes que lo ‘normal’ no les llama la atención. 

Me estoy leyendo un libro de un neurocientífico francés que me encanta (Michel Desmurget), que se pregunta ¿estamos criando cretinos digitales?. Libro.

Por último, deciros que no es mi intención hacer una condena de las pantallas. Solo hago una defensa de la salud y los derechos de los menores, con la evidencia científica a mi alcance, como profesional de la educación.

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