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Del colegio al instituto: charla para madres y padres

Del colegio al instituto: charla para madres y padres

Del colegio al instituto: charla para madres y padres. Me gustaría compartir con vosotras una pequeña charla que he preparado específicamente, para las familias que pasan del colegio al instituto. 

Y es que, por fin voy a impartir mis 8 talleres de forma presencial en colegios e institutos, para familias de Primaria, Secundaria y Bachillerato.

Esta charla la impartiré en la reunión que tendremos durante los primeros días de clase, con las familias nuevas. A continuación explicaré para todo el centro, los contenidos de los 8 talleres.

La entrada al instituto es como un rito de iniciación, porque suele coincidir con el final de la infancia. En unos meses, parece como que dejan de ser pequeños (o eso creen ellos) para convertirse en mayores. 

Esta nueva etapa vital, suela ir acompañada de incertidumbres, miedos e inquietudes, tanto de los progenitores, como de los menores, aunque muchas veces, estos últimos no lo quieran reconocer. 

El primero de los miedos que suele aparecer en encuestas e investigaciones es si se adaptarán al nuevo profesorado, al cambio de horario, a las nuevas instalaciones o a las nuevas normas del centro escolar. 

No obstante, estos miedos suelen producirse en familias muy sobreprotectoras, cuyos preadolescentes, no han madurado lo suficiente, precisamente por este exceso de protección.

El segundo de los miedos, es la llegada, a la vida de nuestros adolescentes, de nuevas amistades que los pueden arrastren hacia malas compañías. 

Como sabemos, a estas edades son gregarios y no siempre tienen:

– La suficiente asertividad, ni el suficiente criterio, para decir ¡No!

– O les faltan herramientas para no unirse a las ocurrencias del malote de turno que no encuentra otra forma para sobresalir (o para conseguir la popularidad de la que carece), que proponer actividades poco acertadas.

Más que nunca, tenemos que ofrecerles las herramientas para que sean capaces de elegir sus compañías y expresar de manera correcta, sin hostilidad, ni agresividad, sus emociones, cumplidos y críticas. 

Recordad que nuestros adolescentes todavía no tienen desarrollada su zona prefrontal y son muy influenciables. Van a necesitar que les ayudemos a trabajar su sentido común con mucho diálogo y cercanía. Lo que no quiere decir sobreprotección o control férreo. 

A estas edades, se encuentran en un momento clave de su socialización. De ahí la necesidad de la atención parental (tipo periscopio), con el fin de supervisar y corregir posibles actitudes tóxicas. 

Igualmente, existe miedo al fracaso escolar, aunque está estadísticamente demostrado que el alumnado que transita con éxito en Primaria, continúa haciéndolo en Secundaria.

Eso sí, no olvidemos que el rendimiento académico puede caer en el instituto porque gozan de más autonomía. De hecho, 1º de la ESO acumula el mayor porcentaje de repetidores de todas las etapas educativas. 

De nuevo, vuelvo al papel esencial que va a jugar la educación parental:

– La que han recibido hasta el momento de entrar en 1 de la ESO y,

– La que vayamos a poner en marcha una vez hayan entrado en el instituto. 

Algunos necesitarán un plus de atención por vuestra parte (quizás los más dependientes). 

Otros, (los que tienen algún trastorno de conducta), pueden desarrollar problemas con la autoridad. Estad atentos.

Por si no lo sabéis, tendrán más profesores que en el colegio (uno por asignatura, con diferentes hábitos). Debéis trabajar a diario este tema. 

Tienen que ir aprendiendo a adaptarse al nuevo medio.

Tienen que ir asumiendo los nuevos límites. 

No cometáis el error de cargar cada día contra el instituto y el profesorado. Es mala estrategia.

Por otro lado, es sabido, que en el instituto, van a convivir con chicas y chicos mayores que ellos, lo que produce inquietud, entre otras razones, por si sufrirán acoso o bullying, embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual, etc. 

Hay una leyenda urbana sobre Secundaria y es que, los profesores de los institutos, llegan, dan su clase y se van. El mito dice que el estudiante que quiera aprender, que preste atención y el que no, que se aguante. Con frecuencia se piensa que los hijos han estado muy bien atendidos en Primaria, supervisados y apoyados por el profesorado y que cuando lleguen al instituto, sufrirán un abandono total por parte de los pérfidos profesores de secundaria. 

No hagáis caso. Son bulos, que con muchísima frecuencia no tienen que ver con la realidad.

En los últimos días he recibido numerosos mensajes de madres que me cuentan que sus hijas e hijos sienten ansiedad ante la expectativa de ir al instituto. Padecen algo así como una angustia anticipatoria, que a veces se manifiesta con náuseas, vómitos, diarreas, dolor de barriga y cefaleas. 

Un cuadro que genera gran alarma en los padres, lo cual es contraproducente para abordar la situación.

No os alarméis, lo que no quiere decir, que estas circunstancias de la vida cotidiana, que no saben resolver (e intentan evitar porque les provocan malestar), tengan que ser afrontadas en la familia.

¿Cómo afrontarlas? 

Por supuesto, con comprensión, apoyo y acompañamiento.

Y nunca, minimizando sus emociones o contagiándoles nuestros miedos e inquietudes. 

A lo largo de mi carrera profesional, he visto en numerosas ocasiones, madres y padres que, cuando sus retoños no quieren ir al instituto, reaccionan malhumorados con coacciones, reproches y amenazas. 

Tenemos que convencerlos de que, acudir al instituto y trabajar con perseverancia es beneficioso y necesario para su futuro. Es un incluso un compromiso. 

Tienen que ir al instituto y ser responsables, por supuesto. Pero como ya hemos hablado en numerosas ocasiones, las normas deben ser razonadas y negociadas. Evitad imponerlas de forma autoritaria. 

  • Un asunto importante es las actividades extraescolares. Primero de la ESO necesita tiempo y esfuerzo. Id hablado de ello. Este curso es muy importante y exigirá de ellos dedicación. Negociad con ellos cuales harán. Antes de que empiece el instituto, debéis preparar con ellos todo el material posible. Id delegando, poco a poco. Forrad, poned nombres y etiquetas, etc. 
  • Preparad su dormitorio y elaborad un horario y plan de estudio. Colgarlo en el tablón y dejadlo listo para rellenar el primer día de clase. 
  • En secundaria van a tener que estudiar más tiempo, adelantar trabajo, preparar resúmenes, aparte de los típicos deberes. Tienen que saber que, deberán ir al día para que no se les acumule el trabajo. Nuestra misión es prepararlos con técnicas de estudio adecuadas y luego, supervisar y garantizar que gocen de las condiciones adecuadas para su rendimiento. 
  • Cuando empiece el instituto, no comencéis con los interrogatorios. Si cuentan algo chocante, escuchad sin juzgar y luego, paletead preguntas abiertas. Las trabajaremos.
  • Mantened contacto con el instituto. Suele ocurrir que las reuniones de secundaria están casi vacías. Vuestros hijos os siguen necesitando, aunque de otra manera. 
  • Los padres debéis estar informados de la marcha de vuestros hijos. No esperéis a los resultados de las evaluaciones. Mantened una entrevista a lo largo de cada trimestre con el tutor o tutora y acudid siempre que os llamen. 
  • No os mostréis a la defensiva, ni encubráis a vuestra hija o hijo. La colaboración entre la familia y el IES es indispensable a estas edades. Si rompéis relaciones con sus educadores, habréis perdido un importante aliado en su educación. Dejad de renegar por todo: de los profesores, del equipo directivo o del instituto. 
  • Desconfiad de mensajes poco creíbles. “No tengo nada que estudiar”, “no hay exámenes”. Contrastad siempre la información. 
  • Controlad el tiempo de internet, desde el principio.Marcad horarios y normas estrictas sobre su uso y supervisadlas. Los abusos suelen ser el principio del fracaso escolar. 
  • Informaros de su círculo de amigos. El paso a Secundaria es un momento donde se establecen nuevas relaciones. 
  • Una cosa que se nos olvida, es valorarlos cuando hacen las cosas bien. Ahora necesitan más que nunca nuestro apoyo, nuestras palabras de ánimo y nuestro refuerzo. Pero cuidado, no estoy diciendo que les premies si sacan buenas notas. 
  • También necesitan que les retiréis determinados privilegios si no respetan sus compromisos de comportamiento y rendimiento. 
  • Si observáis algo, en las 3 o 4 semanas posteriores al inicio del curso, como: mal genio, excesivo nerviosismo, ansiedad, agresividad, pérdida de apetito, sensibilidad marcada o cambios en sus costumbres o formas de vestir,…..podría ser una señal de alerta. 
  • Abordad el tema con ellos en primer lugar. Con el centro en segundo, (tutoría y orientación) y, con especialistas si fuera necesario, en tercero. 

La secundaria es para mi la etapa más bonita. Podemos razonar, dialogar, debatir, etc. Son esponjas. De verdad, los adolescentes me gustan a rabiar. 

El instituto no tiene por qué plantear ninguna complicación. Estad tranquilos y transmitidles seguridad. Sobre todo, si hemos ido colocando progresivamente a lo largo de la infancia, los pilares básicos de su educación. Esos pilares de los que tanto hablamos en cada video, artículo, conferencia o taller. 

Nuestras hijas e hijos se van a adaptar sin mayor problema. Solo necesitan información, formación, organización, límites claros y supervisión. 

Necesitan un adulto seguro, empático, disponible y con sentido común,que les vaya ofreciendo herramientas para controlar su miedo a lo desconocido. 

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