El fútbol y el patio del colegio - hijosconexito
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El fútbol y el patio del colegio

El fútbol y el patio del colegio

El fútbol y el patio del colegio. Este invierno estuve en un colegio impartiendo una conferencia. Me gusta llegar temprano, para que cuando llegue la hora de inicio, todo esté listo. Luego, grabé este vídeo.

Todo estaba preparado, así que salí al patio a observar. El trabajo de campo me puede, llevo la investigación en la sangre.

Lo primero que vi fue un balón. El reino absoluto de gran parte del espacio de juego. Evidentemente, el balón estaba rodeado de unos cuantos niños, todos varones. Prácticamente, toda la zona del recreo, estaba destinada al fútbol y al baloncesto. En los laterales y en las esquinas estaban las niñas y algún niño.

No estoy en contra de que se practique deporte en el recreo, como me decía un padre un tanto airado, cuando planteé la situación. 

Al contrario, soy una gran defensora de que las niñas y los niños hagan deporte. De lo que estoy en contra, es del injusto reparto del espacio entre unas y otros. 

Si queremos evitar desigualdades desde la infancia, debemos erradicar en los centros escolares, aquellos deportes que se apropian de demasiado espacio, para pocas personas. Es necesario destinar un espacio similar para ambos sexos o para quienes no quiere usar el balón.

El fútbol y el patio del colegio

El patio es un lugar donde los menores también desarrollan su personalidad y aprendizajes. 

Desde edades muy tempranas, las niñas y los niños tienen conductas prefijadas, según pertenezcan a un sexo u otro, que han aprendido en su entorno familiar o escolar.

Cuando los niños salen al patio, saben cómo se pueden comportar, hasta donde pueden llegar, porque lo han visto en los hombres de su entorno, en los medios de comunicación, en libros y películas. 

A las niñas les ocurre lo mismo. Según reconocen diversas investigaciones, en el patio, se adaptan a los niños porque ‘tienen miedo o no quieren causar conflictos’. 

Igualmente se ha demostrado, que desde infantil, ya tienen asimilado que ellos ostentan el poder.

No podemos consentir que la escuela ofrezca privilegios a un determinado grupo en detrimento de otro.

El centro escolar no puede reforzar los estereotipos y roles sociales a través de los cuales, las niñas aprenden a ser sumisas,resignándose a los márgenes de la pista para evitar conflictos y balonazos. No debe permitir que, como manda la sociedad, ellas aprendan a estar calladitas, a no molestar mucho y moverse menos.

Mientras los niños aprenden a hablar alto y ocupar todo el espacio que les viene en gana, como tantas veces hacen en el espacio público y privado. 

El patio no tiene que ser un espacio reglado como lo es el aula.

Lo que no quiere decir que, su funcionamiento no esté regulado de forma justa y equitativa por una persona adulta profesional que supervise.

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