Fuera el apego dependiente: sobreproteccion y exceso de intrusión.
Fuera el apego dependiente. Cada vez me encuentro a más madres y padres que sobreprotegen a sus hijos para evitar su sufrimiento, que son intrusivos.
Fuera el apego dependiente.
17361
post-template-default,single,single-post,postid-17361,single-format-aside,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,qode-child-theme-ver-1.0.0,qode-theme-ver-13.3,qode-theme-bridge,disabled_footer_bottom,wpb-js-composer js-comp-ver-5.4.5,vc_responsive

Fuera el apego dependiente

Fuera el apego dependiente. No tenía pensado escribir acerca del inicio de curso o sobre el primer día de clase (tan relacionado con el apego). Todos los periódicos y blogs sobre educación están llenos de artículos de opinión e ideas. Algunos terribles, desde mi punto de vista –el campo de la educación y la familia está lleno de intrusismo barato y comercial de escasa calidad y valor–. Otros, con calidad, acertados y muy profesionales, con enfoques y contenidos de excelencia. 

Pero las consulta de ayer (¡toda la mañana y toda la tarde!) me ha hecho cambiar de opinión. Muchas familias directa o indirectamente abordaron el tema del apego. Unas familias, con hijos que iban por primera vez al cole o guardería –temían sus reacciones cuando los dejaran ‘solos’ en la puerta–. Otras, con hijos más mayores, tenían otros tipos de temores y miedos y bastantes ‘asuntos pendientes’ desde la infancia.

Evidentemente, ellos no utilizaron el término ‘apego’. Utilizaron palabras como: ‘cariño’, ‘amor’, ‘afecto’, ‘seguridad’, ‘protección’, ‘miedo’, ‘no es capaz’, ‘se va a equivocar’, ‘preocupación’, ‘ayuda’. 

¿Es el apego (dependiente) bueno o malo?

Harlow en los años 60, a partir de la teoría del apego de Bowlby, demostró los efectos negativos que tenía para los bebés la privación materna. Es decir, para sobrevivir, los bebés necesitan establecer un vínculo emocional y afectivo con la madre o padre. 

Esta necesidad primaria vital se cubre si la madre, el padre o ambos son capaces de:

  • Responder a las emociones del niño, ayudándoles a identificarlas y gestionarlas. Lo importante es que el niño, poco a poco, sea capaz de identificar cómo se siente para que luego aprenda, también poco a poco, a resolver las situaciones que se le vayan presentando. 
  • Crear de un vínculo de protección y seguridad adecuado a su edad, cubriendo todas las necesidades que tengan.
  • Establecer límites claros (de una manera firme y cariñosa) y mecanismos de control. 
  • Fomentar su autonomía, curiosidad y exploración a través de una relación de confianza.

¿Existe el apego (dependiente) natural y sano?

Los niños tienen que aprender, desde que tienen corta edad, a estar tristes, pasar miedo y frustrarse, a ser resilientes, para que cuando sean mayores, sean capaces de ir a matricularse solos a la universidad, organizar su armario, ‘llevar sus casas’, hacerse sus comidas, gestionar los conflictos con sus parejas, cuidar de sus propios hijos o mascotas, adaptarse a ciertas situaciones vitales o profesionales y levantarse tras las caídas. 

Según van creciendo, tienen que ir entrenando desde el apego saludable (como lo hacen para aprender a montar en bici) y es nuestra responsabilidad motivarles. Así, cuando tengan 15, 18 o 25 años, por ejemplo (edades más frecuentes de los hijos de las parejas con las que trabajé ayer), no esperen –o pidan o exijan–, (las tres modalidades se dieron ayer) a que su madre o su padre les sigan solucionando cada ‘papeleta’.

Cada vez me encuentro a más madres y padres que quieren evitar el sufrimiento de sus hijos, que no les dejan caminar solos, que se adelantan a todas sus necesidades, que son intrusivos y agobiantes (por deseo propio o por exigencia de sus hijos). 

La proximidad y la confianza no están reñida con el establecimiento de límites (tengan la edad que tengan). El hecho de que sintonicemos con las necesidades de nuestros hijos, no quiere decir que las cubramos como lo hacíamos cuando eran niños de infantil que se separaban por primera vez de sus padres.

PD: Aunque ya estoy trabajando a pleno rendimiento, en los momentos de desconexión, sigo pensando en mis caminatas diarias por el Coto de Doñana. Permitidme la licencia de esta foto. 

No Comments

Post A Comment