La paga es un privilegio, no un derecho - hijosconexito
La paga es un privilegio No un derecho. El dinero no es suyo. Es de los padres. Se lo entregamos generosamente para que aprendan a manejarlo.
La paga es un privilegio No un derecho
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La paga es un privilegio. No un derecho

La paga es un privilegio, no un derecho

La paga es un privilegio, no un derecho. ¿Es recomendable que nuestros hijos tengan paga? ¿Cuándo debo empezar a dársela? ¿Cuánto dinero tendríamos que darles? Son preguntas que, antes o después, terminamos haciéndonos madres y padres. Ver video.

Pero antes de responder estas preguntas, me gustaría abordar con vosotros varios asuntos. 

La paga es el primer contacto real que un niño tiene con el dinero. Por tanto, si queremos que aprendan a gestionar dinero, deben tener alguna cantidad que administrar. Igual que, si queremos que aprendan a jugar al tenis, deben tener una raqueta con que jugar.

La clave está en cómo darles ese dinero y qué deben hacer para ganárselo:

  • Hay quien defiende la idea de que solo debemos darles paga si se lo ganan. Los niños tienen que aprender que el dinero no cae del cielo.
  • Otros piensan lo contrario, es un error dar paga a cambio de tareas en casa.
  • Yo defiendo la idea de que, los hijos tienen que conocer desde el primer día, que la paga no es un derecho. Es un privilegio.
La paga es un privilegio, no un derecho

Les damos un dinero porque:

  • Creemos que es positivo y beneficioso.
  • Aprenderán a manejar dinero por ellos mismos y,
  • Desarrollarán su autonomía.

Pero como privilegio que es, pueden dejar de recibirla, si lo estimamos oportuno. Por ejemplo, si comprobamos que hacen un mal uso de ella o cualquier otra razón con sentido común.

Darles paga supone:

  • Que los consideramos suficientemente maduros para tener un consumo responsable.
  • Que confiamos en su capacidad de administración y responsabilidad. 

¿A qué edad se la damos?

Cada niño tiene su propio ritmo de madurez, que es la clave para que gestionen su dinero de forma eficaz, sobre todo, si desde pequeños hemos tenido con ellos conversaciones (adecuadas a su edad) en torno al dinero, el consumo y el ahorro.

Desde mi punto de vista, una buena edad de iniciar la paga (aunque sea simbólica) es a los 6 años, cuando entran en Primaria. A esta edad, están aprendido a sumar y restar y tienen suficientes capacidades para entender qué es eso de gestionar dinero.

Hasta los 10 o 12 años, debemos darles paga semanal y siempre el mismo día, por varias razones:

  • Se manejan mejor con objetivos a corto plazo.
  • Les resulta más fácil y cómodo.
  • Crean una rutina que les ayuda a organizarse. 
  • Nos ayuda a los padres en la tarea de la supervisión.

Igualmente, en cada edad, debemos:

  • Dejar clara la lista de pagos que deben asumir.
  • Revisar cada cierto tiempo, la cantidad en función de gastos y circunstancias. 
La paga es un privilegio, no un derecho

Al principio, supervisaremos lo que hacen y les ayudaremos a organizar sus gastos. Dejaremos de hacerlo, cuando comprobemos que lo gestionaban bien solos. 

Si observamos que se lo gastan rápidamente, estaremos muy vigilantes. Si, por el contrario, son capaces de ahorrar, sería bueno hacer pequeñas subidas y animarlos a marcarse algunos objetivos con su dinero. Por ejemplo, comprarse esa bici especial que tanta ilusión le hace o algo por el estilo.

Un asunto importantísimo, es que una vez consensuada la paga semanal o mensual (donde quedarán claros sus gastos) no habrá dinero extra. Si lo hacemos, la paga pierde su sentido. Por ejemplo, si el día 20 del mes ya se ha gastado todo el dinero y sus amigos van a ir al cine y no tiene dinero, pues no podrá ir, por mucha pena que nos dé que se quede en casa y por mucho que se enfade. También podemos (excepcionalmente y para probar) hacerles un préstamo, que religiosamente devolverán al mes siguiente. 

Una vez consensuada la paga semanal o mensual no habrá dinero extra

La paga es un privilegio, no un derecho

Ellos, tras un periodo de supervisión y aprendizaje, tendrán que aprender a organizarse. Nosotros tendremos que aceptar, que una vez les damos el dinero, serán ellos (y no nosotros) quienes decidan en qué se lo van a gastar. Tenemos que ceder esta parcela de control y ellos tienen que aprender a tomar decisiones, al tiempo que se hacen progresivamente más autónomos, asumiendo sus errores, pero es mejor que se equivoquen a los 15 años, que a los 30 años con un con una hipoteca y un sueldo mileurista.

¿Cuánto dinero les damos?

Una buena estrategia es pensar en la lista de gastos que queremos que hagan (o que sabemos que suelen hacer) y sumarle un poco más para que puedan ahorrar. No soy partidaria de dar dinero en exceso, pero tampoco, ser muy tacaños (si los vemos responsables). No obstante, en caso de duda, escoged la cantidad más baja, porque siempre es más fácil subir la paga, que reducirla. 

En la adolescencia, hay que ser realistas y valorar con sentido común cuáles van a ser sus necesidades diarias, sin olvidar que a esta edad comienzan a exponerse a sustancias como el las drogas, el tabaco y el alcohol 

¿Debemos quitar la paga como ‘castigo’?

Me preguntan muchas veces en la consulta si debemos quitar la paga como castigo (no me gusta esa palabra) cuando nuestros hijos no respetan las normas.

Como sabéis, no estoy a favor de los premios, ni de los castigos. Lo que no quiere decir que no haya consecuencias, sobre todo, si ya las hemos negociado con anterioridad. 

En la adolescencia, puede ser contraproducente retirar toda la paga para sancionar una mala conducta o conceder con frecuencia un plus para premiarla. Si se acentúan demasiado ambas estrategias pueden tener un efecto rebote. Lo mejor es reducirla, pero no retirarla del todo. 

La paga es un privilegio, no un derecho

Como decía al principio, la paga no es un derecho. Es un privilegio (por tanto, es algo que les entregamos de forma voluntaria) con el objetivo de que aprendan a gestionar el dinero. Sin embargo, si:

  • Hay una vulneración de las normas más o menos constante.
  • Existe un comportamiento que entendemos inaceptable.
  • Hemos hablado reiteradamente.
  • Hemos negociado las consecuencias y no vemos colaboración por parte de nuestra hija o hijo, podremos plantearnos retirar ese privilegio.

Tanto niños, como adolescentes, deben tener claro que el dinero de la paga no es suyo. Es dinero de los padres que les entregamos de forma generosa para que aprendan a manejarlo. Igual que les prestamos el iPad, una chaqueta o el coche cuando son mayores.

Para que nuestros hijos aprendan a ser buenos gestores de su dinero, nosotros debemos ser un buen ejemplo. Si cambiamos de iPhone cada vez que sale un modelo nuevo, no podemos decirles que no se compren un videojuego nuevo todos los meses. Si queremos que coman fruta para merendar, no podemos comernos un bollo de chocolate con el té todas las tardes. 

Acabo de leer una interesantísima investigación recién publicada (y llevada a cabo en Canadá) donde han estudiado a 3000 niños durante 35 años, para comprobar la relación existente entre el comportamiento durante la infancia y el sueldo que tienen cuando son adultos.

¿Das paga a tus hijos? ¿Cómo lo gestionas? 

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