Lo siento, no tengo ganas de sonreír - hijosconexito
17617
post-template-default,single,single-post,postid-17617,single-format-aside,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,qode-child-theme-ver-1.0.0,qode-theme-ver-13.3,qode-theme-bridge,disabled_footer_bottom,wpb-js-composer js-comp-ver-5.4.5,vc_responsive
Lo siento, no tengo ganas de sonreír

Lo siento, no tengo ganas de sonreír

Lo siento, no tengo ganas de sonreír. Nuevo VIDEO (enlace) en mi canal de YouTube.

Esta mañana, hablaba con mi hija de que, en esta crisis, mucha gente lo está pasando realmente mal. Leo diariamente mensajes de mujeres que sienten miedo, de parejas que se tienen serios problemas de convivencia, de autónomos que han tenido que cerrar sus empresas o de profesionales que van a trabajar cada día a sabiendas de que corren un gran riesgo.

También leo mensajes melosos que repiten una y otra vez, ‘sonríe’, ‘sé feliz’ o ‘todo va a salir bien’. Facebook e Instagram rebosan de contenidos que nos cuentan cuánto vamos a aprender cuando todo esto acabe y lo fortalecidos que vamos a salir. 

Quizás, haya personas a las que este tipo de mensajes, les haga sentir bien. Pero hay otras muchas, a las que les parece inoportuno. Varias mamis me han dicho que se sienten culpables por llorar delante de sus hijos y que cuando pierden los nervios, sienten remordimiento. ‘Parece que todo el mundo está feliz y es positivo’, me comentaba una seguidora anoche.  

Lo siento, no tengo ganas de sonreír 

La felicidad es una tendencia en el siglo XXI. Ser positivo se ha convertido en una idea con gran influencia en la vida diaria de millones de personas. A diario se hacen publicaciones (con y sin rigor científico) que nos repiten que ser positivo y ser feliz es una decisión personal.

Por todos lados, aparecen divulgadores con recetas empaquetadas y libros de autoayuda, que te aseguran que la alegría depende de uno mismo. 

Pero, ¿cómo se puede ser feliz cuando has perdido tu trabajo? 

¿Qué entusiasmo siente una mujer ante la idea de convivir dos semanas con su pareja irascible?  

¿Cómo insinuar a una persona, que si se supera con esfuerzo, conseguirá eso que tanto prodiga alguna rama de la psicología?  

Lo siento, no tengo ganas de sonreír 

Desde que, el gobierno nos ha recomendado que nos quedemos en casa, están surgiendo como setas talleres de pensamiento positivo que venden que ser feliz está a nuestro alcance.  Y estoy segura, de que encontrarán un público que se cree que su bienestar pasa por pagar uno de ellos.

Edgar Cabanas, doctor en psicología de la Universidad Camilo José Cela, asegura que los argumentos empleados por estos mensajes de optimismo ignoran cuestiones fundamentales del individuo. Vila Nuñez, profesora de Sociología en la Universidad Complutense, señala que esta concepción nos empuja hacia una idea ligada al placer infinito, lo que es totalmente irreal.  Y así, podría seguir ofreciendo testimonios de científicos que han publicado trabajos empíricos con rigor.

Por mucho que lo repitamos en alto y lo publiquemos en las RRSS, una persona que no tiene dinero para ir al supermercado o que tiene que convivir con una pareja con la que se lleva fatal, no puede sentirse esperanzado. Ayer leí un anuncio que aseguraba que ‘cambiando nuestra mente, podemos cambiar la realidad y conseguir la felicidad’. Pero, ¿cómo ser felices, si la realidad no depende de nosotros? 

Estar recluidos en casa es más complicado de lo que parece. Es necesario, por tanto:

  • Aceptar que lo estamos pasando mal.
  • Reconocer que tenemos emociones desagradables.
  • Decir alto que sentimos rabia o frustración.
  • Compartir con los otros que sentimos miedo cuando pensamos que cualquier ser querido, o nosotros, nos podemos contagiar.

¿Alguna receta mágica?

Lo siento, no hay recetas mágicas. Es duro lo que voy a decir, pero hay que aguantarse. Sí, así de claro. Nos tenemos que aguantar. Tenemos que hacer un enorme ejercicio de autocontrol y luego, afrontar la situación de la mejor manera posible, pero no debemos ocultar nuestras emociones, ni sentirnos ‘forzados’ a estar bien. 

Defiendo la idea de que saquemos fuera lo que estamos sintiendo, ya sea alegría, miedo, tristeza o incertidumbre. Lo último que debemos hacer es reprimir nuestros sentimientos o intentar demostrar lo contrario de lo que sentimos.

Desde mi punto de vista, ‘sonríe, todo va a salir bien’, no es una buena estrategia ante estos días de aislamiento social. 

Debemos contar la verdad de lo que nos pasa y si lo vemos necesario, pedir ayuda a seres queridos, amigos o personas en las que confiemos. Además de los que están pululando por ahí vendiendo humo a precio desorbitado, hay mucha gente generosa y preparada que está ofreciendo su apoyo gratuitamente a quien lo pueda necesitar.

Si no te apetece, no sonrías. Llora, cuenta lo que te ocurre o demuestra cómo te sientes. Eso sí, con respeto y con todo el amor que seas capaz de sacar de ti. 

No Comments

Post A Comment