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Muchas mujeres sienten miedo cuando van solas

Muchas mujeres sienten miedo cuando van solas por lugares poco transitados.

El ciclismo y la marcha rápida (sobre todo en verano) son mis deportes favoritos. Durante los meses de julio y agosto, suele haber gente en la playa, sin embargo, en septiembre, muchos días no encuentro a casi nadie.

La semana pasada a las 13:00 horas, un hombre violó en la playa, a pleno sol, a una mujer de 52 años, que estaba tomando el sol. Luego, le robó y se fue tranquilamente. 

Ayer, cruzamos en barco al Coto de Doñana y desembarqué para andar por la orilla de la playa. No había prácticamente nadie y al rato, estuve a punto de llamar a mi marido para que viniera a recogerme. Pero me hice la dura, aunque no pude dejar de recordar la violación de la señora de Murcia. Honestamente, no estaba muy cómoda, ¡con lo que disfruto de mis caminatas!

De pronto, oí pasos detrás de mí y automáticamente, se me aceleró el pulso. No había bañistas cerca. Miré de reojo para tratar de identificar a la persona que me seguía. Era un hombre que andaba por la arena con una bicicleta cogida por el manillar. 

Me volví del todo y le miré fijamente. Tuvo que notar el temor en mi cara. Se tuvo que dar cuanta de que me sentía en peligro porque dejó de andar. Saqué el móvil e hice como que llamaba. Entonces me dijo,

‘no te preocupes, solo quiero que me hagas una foto’. No le respondí, ‘con el teléfono en la mano, hice señales a un barco que estaba cerca de la orilla, para que creyera que era mi marido y le dije ‘corre, ven a por mi’. 

Carmen López Suárez
Muchas mujeres sienten miedo cuando van solas por lugares poco transitados.

Entonces, el hombre de la bicicleta se paró en seco, visiblemente incómodo. ‘Perdona, solo quería que me hicieras una foto, no quería molestarte’, pero yo seguí andando y mirando hacia detrás.

Continuó hablando, ‘qué mal lo estamos haciendo los hombres, para que sintáis tanto miedo cuando nos acercamos a vosotras, te pido perdón, no quería asustarte.’ No le dije ‘perdóname tú a a mi’, pero lo pensé mientras aceleraba el paso. 

Sentí rabia e impotencia. Seguramente el chico solo quería una foto. Sin embargo, desconfié porque sé que 1 de cada 20 mujeres españolas ha sufrido abusos alguna vez en su vida.

La apropiación masculina de los espacios públicos y la construcción social de las mujeres como objetos sexualizados son las claves que explican nuestro miedo a transitar solas por lugares apartados.

No hay derecho a que las mujeres tengamos restringida nuestra libertad, por miedo a ser agredidas física o sexualmente. Estoy harta de que nos enseñen a no ir solas por lugares oscuros o solitarios. En vez de enseñar a los monstruos a respetar nuestro espacio e intimidad. 

Es tarea de madres y padres enseñar a los hijos a respetar a las mujeres. Los niños no nacen con ideas preconcebidas de que el cuerpo de las mujeres es su coto privado de caza. Lo aprenden en su entorno más cercano, sobre todo, en casa. Es nuestra responsabilidad educar a los hombres del futuro en relaciones igualitarias, no sexistas, ni machistas.

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