ATENCIÓN:
Abierto plazo de incripciones para las 8 conferencias que impartiré online en directo en el primer trimestre de 2025.
Me inscribo AQUÍ.
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Ha sido publicado el Informe con recomendaciones para el desarrollo de un entorno digital seguro durante la juventud e infancia, realizado por un grupo de personas expertas. También, por fin, la Asociación Española de Pediatría ha actualizado sus recomendaciones sobre el uso de pantallas.
La evidencia empírica es clara. El uso de tecnología a edades tempranas y un tiempo excesivo delante de ellas es perjudicial para niñas, niños y adolescentes.
Por ejemplo, ha sido demostrada la fuerte asociación entre el tiempo de uso de pantallas que hacen los progenitores y el que hacen sus hijas e hijos, sobre todo en el dormitorio y durante las comidas. Además, estos estudios han relacionado el tiempo de pantalla de madre y padre con la frecuencia de rabietas de sus criaturas para llamar la atención.
Las investigaciones confirman distintos impactos negativos en el neurodesarrollo. Así, el uso de un teléfono para premiar o distraer provoca que los menores exijan los dispositivos para calmarse y se frustren si se les niega.
La razón tiene que ver con la falta de madurez y dificultad para autorregular el uso de un objeto diseñado para atrapar la atención y crear dependencia.
Las investigaciones confirman distintos impactos negativos en el neurodesarrollo. Así, el uso de un teléfono para premiar o distraer provoca que los menores exijan los dispositivos para calmarse y se frustren si se les niega.
La razón tiene que ver con la falta de madurez y dificultad para autorregular el uso de un objeto diseñado para atrapar la atención y crear dependencia.
Durante la infancia y adolescencia, el cerebro está aún en pleno proceso de maduración. Es importante que sepamos que los medios digitales aumentan la activación de la región límbica (donde se regulan las emociones) y disminuyen la actividad frontal (donde se tomas decisiones).
Igualmente, se corrobora que el exceso de uso de pantallas se asocia con peor desarrollo cognitivo, inferior rendimiento, alteración del sueño, riesgo cardiovascular, disminución del volumen cerebral o problemas de alimentación, entre otros.
Por tanto, las recomendaciones son las siguientes:
En relación al ámbito educativo, señalar que la evidencia científica no ha mostrado que las pantallas mejoren el aprendizaje, ni el desarrollo de ciertas habilidades y competencias escolares, como algunas empresas de productos tecnológicos señalan, todo lo contrario.
Por tanto, los objetos digitales tendrían que ser usados en clase lo menos posible y nunca se debería exigir a las familias que compraran objetos tecnológicos para acceder a la educación obligatoria.
Urgen medidas de las administraciones públicas y educativas para evitar los efectos nocivos de la tecnología en la salud y desarrollo de los menores. No podemos delegar la tarea del ‘uso responsable’ exclusivamente en las familias.
Los poderes públicos deben asegurar un entorno seguro con normativa y sanciones que protejan a niñas, niños y adolescentes, al tiempo que formación e información a las familias.
Entre otras, en el primer trimestre de 2025 impartiré una conferencia online en directo sobre uso seguro y responsable de tecnologías.
Puedes inscribirte AQUÍ.
Soy Carmen López…
Doctora en educación, pedagoga, investigadora y fundadora de Hijos con Éxito.
Después de 30 años dedicada a la educación de familias y profesorado, quiero aportar mis conocimientos y experiencia para ayudar a construir una sociedad sana y equilibrada desde la educación de los más jóvenes.
Porque sin las herramientas adecuadas, la crianza se convierte en un camino difícil de transitar y lleno de culpas.
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