Selfi sexual, moda en alza entre adolescentes por más ‘likes’.
Selfi sexual, fotografías o vídeos sexuales, una moda en alza entre adolescentes para conseguir más ‘likes’. El 99% de los padres lo desconocen.
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Selfi sexual, moda en alza entre adolescentes por un puñado de ‘likes’.

Selfi sexual, esa moda en alza entre adolescentes (y no tan adolescentes) por un puñado de ‘likes’. Hace unas semanas, leí la noticia y me impactó. Pero no pensé que, en tan poco tiempo, iba a tener entre mis manos uno de los casos que tanto me había preocupado.

Resumidamente, la noticia dice lo siguiente: ‘La inspectora Cecilia Carrión, integrante de la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional, junto a seis compañeros, acaban de culminar una macrooperación en la que se ha identificado a más de cien menores de 13 años. Estos menores habían subido fotografías o vídeos sexuales grabados a sí mismos, a YouTube, Instagram, Twitter o Periscope, en busca de seguidores’.

Cuando los padres fueron advertidos por la Policía Nacional, el 99% desconocía que sus hijas/os se habían fotografiado o grabado en situaciones sexuales y que lo habían subido a internet. Aunque sí sabían que eran usuarios de plataformas sociales.

En otra noticia, la Inspectora Carrión continúa: ‘Es un problema similar en todos los países del mundo. El perfil socioeconómico de las familias de esos niños es totalmente variado, tenemos familias que viven en zonas muy exclusivas, hasta otras que proceden de zonas más humilde. El número de niñas es muy similar al de niños’.

Colaboro en dos grupos de investigación sobre el uso no responsable de las tecnologías. No quiero pasar por alarmista. Pero a veces, los datos me dan miedo. Mi intención es compartir con vosotros los casos reales que atiendo, lo que estudio y los resultados de las ultimas investigaciones a nivel mundial.

El selfi sexual entre adolescentes existe. Es una realidad. No nos escondamos.

Seamos honestos, jamás podríamos imaginar que nuestro hijo/a se adolescente es capaz de hacerse un selfi desnudo/a o se masturba mientras se graba un video, y a continuación, lo cuelga en una red social para conseguir ‘likes’.

¿A que no? No obstante, existe. Es una realidad y debemos estar preparados para prevenir y atender situaciones de este tipo.

La historia real que os cuento a continuación, está modificada para preservar la identidad de esta familia, pero los hechos son muy similares. Entrecomillo las palabras textuales de los padres.

María tiene 12 años. ‘Es una buena estudiante’. Estudia en ‘un buen colegio’ [aquí los padres dijeron el nombre del colegio]. Madre profesional del campo de la abogacía y padre profesional del área de la salud. ‘Tiene muy buenas amigas en la urbanización y en el colegio’. María aprovechaba los momentos de intimidad en el baño, en su habitación o cuando sus padres se iban al gimnasio para grabarse o hacerse selfies sexuales.

En ocasiones, María invitaba a su amiga Julia y se grababan juntas. María guardaba el material en su dispositivo para ir colgándolo poco a poco. Pero Julia no podía porque sus padres revisaban su teléfono de vez en cuando. Por eso se bajó ‘la calculadora’. Una aplicación que sirve para ‘guardar secretos’ y que muchas aplicaciones de control parental no detectan. De entrada, es inocua (yo la tengo para guardar algunos documentos o asuntos muy delicados). Cuando ves el icono en el teléfono, realmente parece una calculadora. No obstante, es una herramienta diseñada para ocultar documentos, imágenes y vídeos que no quieres que nadie vea.

Los padres de María llegaron a mi destrozados.

Me contaron que, cuando la policía se puso en contacto con ellos, dijeron que su hija jamás haría eso, pero cuando la inspectora le enseño las imágenes y vídeos, se quedaron bloqueados. Era su hija y era su casa.

Tenemos que ser conscientes, de que la pornografía más violenta y denigrante está a disposición de cualquier joven con un dispositivo electrónico a golpe de click. Esto modifica la visión que van teniendo sobre el sexo o sobre su propia intimidad. En la mayoría de grabaciones que tiene la policía, los chicos imitan posturas y actos que han visto con anterioridad en la web.

Ahora muchas chicas y muchos chicos ya no quieren estudiar, quieren ser youtubers.
Si tienen que hacerse un selfi sexual, se lo hacen.

A riesgo de repetirme, insisto.

Tenemos que EDUCAR a los hijos en el uso seguro y saludable de las tecnologías.Trabajar con ellos la conciencia de lo que hacen y de su autoimagen, de lo que van a subir o enviar. Además, hay que pasar tiempo de calidad con ellos. Sentarnos a su lado cuando cogen la tableta, ver lo que buscan, qué reciben e intercambian, cómo son sus perfiles en redes.

Es necesario SUPERVISAR su actividadcon criterio y sentido común. Supervisar no significa espiar. Significa comprobar qué uso hacen de sus dispositivos. Ellos deben saber desde el primer momento, que tienen colocadas App de control parental y que nosotros miramos lo que hacen hasta que demuestren que son maduros.

Aunque en el mundo de la pedagogía y la psicología hay dos criterios bastante opuestos sobre si debemos ‘vigilar o espiar’ como dicen algunos, coincido plenamente con Javier Urra y otros referentes mundiales en que los padres tenemos la obligación de supervisar las conductas de nuestros hijos, cuando están en casa, fuera de casa o cuando se comunican por las redes sociales.

Lo contrario, desde mi punto de vista, sería hacer dejación de nuestras obligaciones. Tenemos que velar por su seguridad, y siempre que haya duda, debe prevalecer el interés del menor.

¿Cómo es posible que los niños suban vídeos a YouTube con algún video o selfi sexual?

Para abrir una cuenta en YouTube, hay que tener más de 13 años y un correo electrónico.

Es posible porque lo hacen a través de la cuanta de sus padres. Lo cual es desde mi punto de vista, una absoluta insensatez.

Al tiempo que supervisamos, es absolutamente necesario crear un CLIMA DE CONFIANZA en casa. Hablarles con claridad y explicarles las consecuencias de este tipo de actos. Nuestros hijos tienen que saber que si hacen algo indebido, como compartir imágenes privadas o comprometedoras a través de redes sociales (para un amigo, amiga o pareja) o bien añaden a desconocidos, están en un grave riesgo personal.

De igual manera es imprescindible marcar desde el principio, NORMAS claras de obligado cumplimiento y dejarlas escritas en un lugar visibles para todos.

Sin olvidar unas CONSECUENCIAS pactadas que se aplicarán con FIRMEZA en caso de que las normas no se cumplan.

Y por último, DAR EJEMPLO, nuestros hijos nos imitan, no olvidemos que somos su mejor modelo.

 

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