
05 Feb Vientres de alquiler, gestación subrogada, maternidad por sustitución
Vientres de alquiler, gestación subrogada, maternidad por sustitución. Podéis ver el VIDEO en mi canal de Youtube. Últimamente, cuando imparto talleres sobre educación sexual, me preguntan acerca de la gestación subrogada.
Si el taller va dirigido a adolescentes, que siguen en las redes sociales a famosos que han tenido hijos por este método, quieren saber qué es, cómo se lleva a cabo y sobre todo ¡qué me parece!
Hace poco, tras una conferencia, una joven me pidió hablar en privado. ‘Me han dicho que pagan bien, Carmen. Lo voy a hacer para ganar dinero, ¿qué opinas?’.
Si el taller va dirigido a madres (desgraciadamente, casi nunca asisten padres), las dudas están más relacionadas con aspectos bioéticos y, sobre todo, en cómo enfocar el asunto cuando las hijas e hijos hacen preguntas.
He preparado este artículo para ayudar a las mamis que me lo han pedido y por supuesto, para todo el que pueda estar interesado. Pero quiero ser honesta, tengo una postura muy clara sobre los vientres de alquiler, y no la voy ni a ocultar, ni a enmascarar.
Voy a utilizar los tres términos del título indistintamente, aunque soy consciente de que cada uno contiene una valoración ética sobre la cuestión.
Vientres de alquiler, gestación subrogada, maternidad por sustitución
¿A qué nos referimos cuando hablamos de gestación subrogada o cualquiera de los otros términos? Es un contrato que suele contemplar el compromiso de una mujer para gestar un bebé. Y una vez nacido este bebé, entregárselo a la persona que se lo encargó quien, desde ese momento, asumirá la paternidad o maternidad.
Desde un punto de vista ético, y a grandes rasgos, por un lado están los que defienden la maternidad por sustitución, como un derecho asociado a la libertad individual. Y por otro están los que la consideran como una forma de explotación relacionada con la desigualdad de género y la clase social.
Y yo me pregunto: ¿deben primar los deseos individuales de las personas por encima de todo? ¿Debe el Estado poner límites a ciertos deseos individuales? Desde mi punto de vista sí.
Veamos unos ejemplos:
- ¿Puede una persona vender un riñón? No.
- ¿Puede donarlo desinteresadamente para ayudar a alguien que lo necesite? Sí.
- Entonces, ¿por qué no puedo ‘prestar’ mi útero para que alguien vea realizado su deseo de tener descendencia?
Porque donar un riñón es algo PUNTUAL. El riñón no afecta a la identidad personal. No genera dependencia con el receptor y muy importante, no hay terceras personas afectadas.
Sin embargo, tener un bebé en tu seno para ser entregado a otro, es un PROCESO que dura 9 meses. Además, desde el momento en el que la mujer firma el contrato, pierde completamente la dignidad, la libertad y la capacidad de acción (por ejemplo, no puede cambiar de opinión si después decide no tener el bebé, o no puede quedarse con él si se arrepiente). Y por último, el resultado es el nacimiento de un ser humano, con el cual se suele hacer una transacción económica.
Vientres de alquiler, gestación subrogada, maternidad por sustitución
Hay un aspecto ético que me parece interesante: el derecho de la mujer a donar libremente su cuerpo para gestar. Es decir, el derecho de la mujer a hacer de vasija.
- ¿Utilizamos este mismo derecho para tratar el tema de la esclavitud?
- ¿Y para trabajar 60 horas a la semana, libremente?
- ¿O para alquilar a alguien tu brazo derecho?
No, ¿verdad?
Entonces, ¿por qué lo utilizamos para el alquiler de úteros?
Y otro asunto, hay quien hace una comparación entre donar tu cuerpo y donar óvulos. Pero creo que no es equiparable. No es lo mismo donar células, que ceder tu cuerpo entero. Cuando donas óvulos o semen, después te vas a tu casa. Cuando donas para gestar, donas tu cuerpo en su integridad, durante 9 meses.
Una cuestión que suele plantear dudas en cuanto a la libertad de la mujer, es el hecho de que generalmente haya una compensación económica. Pero de todos es sabido que la pobreza tiene nombre femenino. Y en muchos países ellas viven en situación límite de supervivencia y violencia estructural. No creo que estas mujeres tengan precisamente mucha autonomía para elegir. Seguramente será un acto de necesidad, pero no de libertad.
Si una mujer es libre de alquilar su vientre y donar el bebé ¿significa que podemos disponer de nuestros bebés como nos apetezca? Pues no, estos pequeños son seres independientes, que no nos pertenecen, por lo que no deberíamos tener derecho a entregarlos a cambio de una transacción económica.
Me parece interesante llamar la atención sobre las llamadas ‘granjas de mujeres reproductoras’, que se dan en algunos países como India o Nigeria… donde miles de mujeres embarazadas viven juntas en clínicas o residencias, convirtiéndose en caros recipientes al que vigilan, a fin de que no ponga en riesgo el preciado feto.
Vientres de alquiler, gestación subrogada, maternidad por sustitución
Los que me conocen, saben que me apasiona la neurociencia. Un dato importante. Se ha podido comprobar que la gestación aumenta la producción de neurotransmisores que favorecen las conexiones entre el cerebro límbico (emocional) y la zona prefrontal (cognitiva), lo que está relacionado con la maduración de las regiones involucradas en las relaciones interpersonales. El cerebro materno se va preparando a lo largo del embarazo para responder a las consignas que recibirá del bebé. Se convierte en un cerebro motivado, empático y atento a las necesidades del niño.
Un embarazo, además de transformar el cuerpo y el cerebro de la mujer, produce vínculos afectivos y emocionales incuestionables. La maternidad por sustitución obliga a la madre a reprimir el vínculo materno-fetal, que forma parte natural de todo embarazo, separando la gestación del papel de madre.
Estoy perpleja ante las campañas mediáticas enternecedoras de personas de toda orientación sexual, que nos explican que tienen derecho a tener hijos alquilando vientres de mujeres.
Oigan ustedes, el deseo de maternidad o paternidad nunca puede violar los derechos de las mujeres y los menores. El deseo de ser madre o padre no implica ningún derecho a tener hijos. Las mujeres no somos vasijas portadoras, como nos llamaba Aristóteles antes de Cristo, donde podáis prolongar vuestros genes y los bebés no son mercancía.
Muchas gracias por escucharme.
Espero vuestros comentarios. Y si te ha gustado, comparte, por favor.
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